Le Vide
05/12/2019 - 09:16

 

El concepto de dramaturgia en el circo ha empezado a estar cada vez más presente en los encuentros profesionales del sector, planteándose como un tema necesario a abordar para el desarrollo y evolución artística. Si bien, el circo denominado como tradicional, sustenta un relato supeditado a la técnica y el virtuosismo, que busca, ante todo, sorprender y asombrar con proezas técnicas; los nuevos caminos del circo han llevado a plantear incógnitas sobre cómo construir su dramaturgia y sobre la existencia de una o varias dramaturgias en el mismo. Estas nuevas líneas de creación, a su vez, han cuestionado la figura del riesgo. Si en el circo de antes, era uno de los paradigmas clave en cualquier espectáculo por la ausencia de elementos de seguridad, a día de hoy, es cada vez más extraño que este sea uno de los aspectos centrales de la obra de circo. Todo ello ha influido directamente en el desarrollo y búsqueda de un lenguaje propio que lleva aparejado el cuestionamiento de ambos asuntos por profesionales y audiencia.

Ante esta necesidad de reflexionar en compañía sobre estos temas que atañen directamente a la creación y evolución del circo, el Teatro Circo Price dedicó los días 4, 5 y 6 de octubre a compartir y aprender sobre estas cuestiones a través de una ponencia de Víctor Bobadilla, investigador de circo y Doctorado en Estudios Teatrales de la Universidad Autónoma de Barcelona; una jornada dirigida a estudiantes de Carampa y profesionales de las artes escénicas sobre aspectos técnicos, artísticos y de producción de Le Vide: Essai de Cirque, y la programación de este espectáculo, que ofrecía un escenario ideal donde analizar la puesta en práctica de estos dos factores.

Muestra del interés creciente sobre estos aspectos, fue la cantidad de público profesional que asistió, entre los que se encontraban estudiantes de circo, creadores y creadoras y directores tanto del ámbito del circo como de otros campos artísticos. Víctor, que además es director del Circo de Las Máquinas, comenzó su presentación resaltando la necesidad de que el circo entrase en espacios de investigación teórica y académica, y cuáles eran las dificultades que encontraba desde su vivencia personal, siendo de las pocas personas que se habían adentrado en este campo. Tituló su conferencia “Más allá de las opciones dramatúrgicas en circo contemporáneo”, sustrayendo dos aspectos fundamentales, que el trabajo dramatúrgico es una opción y que hay múltiples dramaturgias, todas ellas válidas.
Bobadilla presentó un breve recorrido sobre la historia pasada y reciente del circo. Habló de Philippe Astley, de Charles Huges, de la circularidad del espacio en el circo, sustentada en diferentes teorías, vinculadas a la dimensión necesaria para el espectáculo ecuestre pero también al control de la aforo y los espectadores. Habló de cómo hubo una época en que el artista de circo era un ser sacralizado, un héroe para su público y el protagonismo del circo en las vanguardias. De la explosión artística en Mayo del 68, de la importancia de las escuelas de circo para el desarrollo de este arte, a partir de la Escuela Fratellini en París en los años 70. De cómo el nuevo circo comenzó como una forma de autoparodia, de los puntos de colisión con otras artes como el teatro, la danza o la performance, sosteniendo que “la hibridez es un signo de buena salud en el arte, porque implica la búsqueda de nuevas formas, la reflexión sobre su propia definición y se aleja de la idea de reproducción idéntica de un saber hacer”.

Víctor planteaba las dicotomías del circo: el de dramaturgia lineal o el circo de atracciones, que presenta una dramaturgia fragmentada; el circo del virtuosismo técnico y el circo contemporáneo que presentaba la posibilidad de trabajar a través del error, de la caída, como es el caso de Le Vide: Essai de Cirque, que recrea el mito de Sísifo y aborda conceptos como el de resiliencia a través de la evocación -y no narración- de la historia.
El preámbulo del estreno de Le Vide: Essai de Cirque en el Teatro Circo Price, cerró la ponencia con galletas, zumos y muchas ideas sobre las que repensar los nuevos caminos de este arte.

Después del estreno y la ponencia del viernes 4, la jornada del sábado, dirigida a estudiantes de Carampa y profesionales del sector, estuvo dedicada enteramente a conocer las entrañas del espectáculo Le Vide, todo lo que ha hecho y hace posible que un espectáculo de tales características pueda ser creado y representado en distintos espacios.

Empezó la jornada con la parte técnica. Le Vide es una obra con una estructura establecida, pero debe reinventarse en cada lugar, lo que la convierte en una pieza site specific, que precisa de varios días de preparación, previos a la función, para poder estudiar los recovecos de cada teatro donde se representa: cada representación un ensayo, una prueba para los artistas, una prueba para su audiencia, una prueba para el personal de cada teatro. Clement, diseñadora de luces, sorprendía a los asistentes con la cantidad de focos que el espectáculo requería para iluminar todo el espacio. La atención se ponía en la arquitectura de cada lugar, que requería de un estudio pormenorizado de cada columna y esquina. Diferenciaba la luz de entrada, que introducía al espectador en el espacio escénico, la luz durante la acción del espectáculo y la luz que transportaba al espectador de nuevo a la realidad de la ciudad bulliciosa.

Después, Fragan Gehlker y Alexis Auffray, intérpretes y creadores del espectáculo, compartieron cómo había sido el proceso creativo de la obra. Gehlker presentó un primer boceto de su idea como parte de su proyecto de graduación de la escuela de circo CNAC, en el que todavía no contaba con Auffray como parte de su equipo. Contaron cómo la obra se había denominado Essai, porque cada vez que lo mostraban era una prueba que, a su vez, les servía para ir cambiando y dando forma a la creación. La atención al público había sido fundamental, contaban cómo al principio había muchas personas que salían en estado de shock ante la impresión que les había causado el riesgo de Gehlker. Es por ello que decidieron poner especial atención en cómo entraba el público en escena, y qué elementos tenían que vestir ese primer contacto. Alexis, era pieza fundamental para que el espectáculo avanzase, ya que él es el encargado de determinar cuándo entraba en juego la caída.
Uno de los aspectos que intrigó a los alumnos de Carampa fue la salida del público. Gelhker, evocando el mito de Sísifo, asciende y desciende la cuerda, mientras los espectadores permanecen dudosos de si quedarse o asumir el final. En sus primeras pruebas, Gelhker persistía en la evocación hasta que el último espectador había dejado el espacio.

Para afrontar el riesgo, Gelhker, en la siguiente sesión de la jornada, dedicada al entrenamiento físico, explicó la importancia del entrenamiento mental. Por ello, él llevaba a cabo todos los días un calentamiento que combinaba ambos aspectos a través de la respiración y la apnea.

La jornada llegó a su fin después de que Anna Tauber compartiese el proceso de producción de la obra, explicó cómo los artistas habían comenzado su andadura con el modelo de producción que ella denominó “Do it yourself”, en el que tuvieron que buscar espacios donde crear y financiación para poder sufragar los gastos derivados de la producción, y cómo, poco a poco, habían conseguido llegar a ser una de las grandes piezas de circo tan aclamada en nuestros días y que el público de Madrid podría disfrutarlo por penúltima vez antes de que decidieran despedirse de Le Vide: Essai de cirque y sumergirse en otros proyectos escénicos.

Eva Luna García-Mauriño