María Cristina del Pino Segura Gómez nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1931, en el seno de una extensa familia de circo. La muerte de una de sus hermanas durante una gira de la troupe fue la que llevó a su padre a enseñarle el arte del trapecio.

Debutó en la pista del Circo Segura con doce años y el nombre artístico, Pinito del Oro. Dominó el equilibrio en el trapecio a vuelo con arriesgadas acrobacias de pie, de cabeza, de rodillas, de perfil y sentada sobre una silla. Se negó –al igual que Miss Mara– a usar red de seguridad durante sus números.

Su técnica fue reconocida por el colosal Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus de los Estados Unidos, que la contrató en 1949 como una de las figuras principales del programa durante doce años. Actuó por primera vez en el Price en diciembre de 1955 y siguió haciéndolo en cada temporada hasta 1958, invitada por Juan Carcellé.

Pinito del Oro sufrió tres graves caídas, pero ni las fracturas de cráneo ni de muñecas, ni las conmociones cerebrales, ni las operaciones, ni los días en coma en el hospital, la hicieron abandonar su compromiso de asombrar al público desde las alturas. Contra todo pronóstico siempre volvía con un espectáculo “más difícil todavía”.

“La Reina del Trapecio” –como la anunciaban– reapareció en Madrid en 1968, cuando Arturo Castilla la incorporó como estrella a la compañía del Price, en la que trabajó hasta la última función de abril de 1970, día en el que se retiró y se despidió de la pista.

Además de ser una artista internacionalmente reconocida que recibió, entre otros, el Premio Nacional de Circo en 1990 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1998; también fue escritora, actriz de cine y como empresaria, dirigió un circo y su propio hotel.

La “Mejor Trapecista del Mundo” murió en 2017. Su recuerdo sigue presente en los amantes de sus atrevidas y peligrosas acrobacias que desafiaron la gravedad a más de catorce metros del suelo.